El cuentista del Mediterráneo (del periódico, que no del mar) Miguel Barrachina, Diputado por el PP y articulista habitual de este diario de Castellón, ha destacado durante muchos, muchos meses por sus artículos populistas y demagogos contra el Gobierno central; llevaba unos meses sin atacar a Madrid (concretamente, desde el 12 de Noviembre pasado, la semana antes del cambio de color en el Gobierno), deberemos suponer que porque alguien en la capital del reino habrá oído sus plegarias y atendido sus peticiones.
Si en ridículo han quedado hasta el Presidente Mariano Rajoy y la Secretaria General del PP María Dolores de Cospedal por un quítame allá esas hemerotecas que revelan en muy pocos minutos las mentiras a las que nos tiene acostumbrados esta casta política que sigue habitualmente la máxima del “donde dije digo, digo Diego”, cómo no habrá quedado un insignificante Diputado de una insignificante provincia como la de Castellón, donde, a pesar de arrasar en votos, parece que hay que levantar mucho la voz y abrir mucho la boca para que alguien oiga a nuestros representantes del PP allá donde tengan que ser oídos.
Pero como ese trabajo (o debería decir autocrítica, o un simple “ups, vaya cagada”) de tragarse sus palabras no suele ser tarea habitual entre nuestros políticos, y menos aun si tienen mayorías absolutas en las que esconder la cabeza (tendrán otras cosas que hacer que ir rectificando, supongo que porque si no, no les quedaría más tiempo para desempeñar sus funciones), debemos ser otros quienes les mostremos que hacer política de tierra quemada (destructiva) no sólo no ayuda a los ciudadanos a los que deberían servir, sino que al final acaba chuscarrando a quien, pretendiendo ser portavoz de la provincia, acaba siendo un simple y triste bufón.
Qué mejor forma de empezar que con los agasajos al futuro presidente que le dedicó el sábado antes de ganar las Elecciones.
Que Mariano Rajoy es un hombre de principios (de muchos principios) está fuera de toda duda, como Zapatero. Ambos tienen tantos principios que utilizan unos u otros a conveniencia (propia o de Ángela Merkel); de hecho, lo de improvisar medidas económicas parece que está de moda desde Mayo de 2010 hasta esta parte, y Mariano Rajoy lleva dictados ya 13 Reales Decretos Leyes (leyes que no necesitan pasar por las Cortes para entrar en vigor) en los tres primeros meses de este año (el año pasado se dictaron 20, el último de ellos también obra de Rajoy) y una rectificación nada desdeñable publicada hoy mismo en el BOE para hacerse una trampa al solitario en cuanto a la deuda pública a declarar por el Estado.
Pero lo más jugoso de esa abundancia de principios que caracteriza al nuevo Gobierno (en contraposición al anterior, cabría añadir) está en Youtube (y en las dichosas hemerotecas que tanta desvergüenza suelen destapar).
En apenas veinte meses (los que ha tardado en pasar de la populista oposición tras los primeros recortes de Zapatero a la realidad de tener que gobernar), el “imperturbable” Rajoy que conoció Miguel Barrachina a una semana de proclamarse vencedor absoluto de las Elecciones Generales cambió de principios en cuanto a amnistiar a los defraudadores que no pagan sus impuestos al Estado.
Poco más de dos meses tardó el “íntegro” Rajoy en cambiar sus principios en materia de impuestos; y no los cambió sólo un poquito, no: de tener como principio una rebaja de impuestos a subir el IRPF en todos los tramos se debió dejar otros muchos principios por el camino.
Y apenas tres meses tardó en cambiar sus principios en materia laboral, flexibilizando no sólo las condiciones laborales internas de las empresas, sino también (como si tres millones de despidos no fuesen suficientes) las condiciones de los despidos (gratuitos para los nuevos contratos indefinidos).
Con aquellos principios y aquella imperturbabilidad que emanaba el Rajoy de la oposición, no es extraño que tres días después de arrasar en las Elecciones Generales empezaran las peticiones al nuevo Gobierno central tras una etapa en la que, si nos guiamos por las opiniones de los dirigentes locales (como Miguel Barrachina), Zapatero maltrataba con saña a la provincia de Castellón.
Pero al llegar la hora de la verdad, con los nuevos y flamantes Presupuestos Generales del Estado, llegó la decepción: el milagro de Rajoy no era milagro, y si lo de Zapatero era un ensañamiento con la provincia de Castellón, lo de Rajoy se escapa de poder ser definido con palabras.
Deberemos suponer que Miguel Barrachina, ante tamaño agravio hacia la provincia, va a insistir en sus líneas maestras de reivindicación al Gobierno central, ¿verdad?
Spain. Los 100 días:
ResponderEliminarCuando los números cantan, sobran las palabras. El coste de los bienes y servicios básicos ha subido durante los 100 primeros días de Rajoy un 1387% más que en los 100 últimos días de Zapatero. Así:
· El transporte ha subido durante los 100 primeros días de Rajoy un 1120% más que en los 100 últimos días de Zapatero.
· Las facturas de la basura, el alcantarillado y otros servicios públicos han subido durante los 100 primeros días de Rajoy un 264% más que en los 100 últimos días de Zapatero.
· Los alimentos y bebidas no alcohólicas han subido durante los 100 primeros días de Rajoy un 41% más que en los 100 últimos días de Zapatero.
· El alquiler de la vivienda ha subido durante los 100 primeros días de Rajoy un 16% más que en los 100 últimos días de Zapatero.
· Y el único éxito que le quedaba a Rajoy, la factura de la electricidad, ha sido efímero. Transcurridos sus 100 primeros días ha procedido ha subirla escandalosamente.
Asimismo, el número de trabajadores afiliados a la Seguridad Social en Galiza ha disminuído en los 100 primeros días de Rajoy un 281% más que en los últimos 100 días de Zapatero.
Y no es que con Zapatero estuviéramos mejor, es que con Rajoy estamos peor. ¡Y lo que nos espera!.
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