Como cualquier teoría conspirativa que se precie, se aportan un buen número de datos que se van intercalando con impresiones subjetivas del autor, en gran parte imposibles de comprobar y en menor medida consecuencia de una interpretación sesgada o incompleta de los datos.
El vídeo se inicia con lo que se ha denominado “Antecedentes”, el primero de los cuales es una reunión en 1910 de “los banqueros de la Élite”, entre los que se citan nombres famosos como Rockefeller, J.P. Morgan o Rotschild; dicha reunión secreta, en la Isla de Jekill, es conocida y reconocida como parte de la creación de la Reserva Federal, aunque el verdadero antecedente de ésta no sea ni tan secreto ni tan misterioso, puesto que se originó en el Congreso de los Estados Unidos en 1908 a iniciativa de un senador republicano llamado Nelson W. Aldrich (presente en la citada reunión secreta de 1910) como respuesta a una serie de crisis financieras puntuales en Estados Unidos que llevó a la quiebra de varios bancos en 1907, creándose la Comisión Monetaria Nacional con el fin de estudiar las necesidades financieras del país y la imposición de normas y organismos que permitiesen evitar más colapsos como los acaecidos en los años anteriores; dicha comisión permaneció activa desde 1909 hasta 1912, año en el que los demócratas, contrarios a la creación de un banco central en los términos expuestos por el llamado Plan Aldrich, arrebataron el control del Congreso y del Senado a los republicanos.
Esta ruptura política es ignorada por el vídeo, puesto que reconocerla restaría credibilidad a la reunión secreta de banqueros illuminati como origen directo de la Reserva Federal, dando al traste en consecuencia con las posteriores afirmaciones sobre la relación directa de esta sociedad opaca y las razones últimas de la creación de la Reserva Federal.
De hecho, de los cuatro banqueros que se citan como asistentes a aquella reunión de 1910, uno de ellos ni tan siquiera lo era (Rockefeller), mientras que otro (Rothschild) era un banquero inglés totalmente ajeno a aquella reunión, a la que en realidad asistieron el senador Aldrich, Paul Warburg (un abogado especializado en temas financieros) y A. Piatt Andrew (secretario de la citada Comisión Monetaria Nacional), siendo los únicos banqueros presentes en la reunión Frank Vanderlip (presidente del National City Bank), Harry P. Davison (uno de los socios de J.P. Morgan) y Benjamin Strong (vicepresidente de Bankers Trust Co.).
El siguiente paso es introducir a los illuminati en el ajo; basta con introducir en Google el nombre de referencia (un tal Daniel Payseur, supuesto hijo de María Antonieta) y nos encontramos con este enrevesado artículo. Sin embargo, algo empieza a tambalearse en la teoría cuando los supuestos fideicomisarios del tal Daniel Payseur (Rockefeller o J.P. Morgan) no llegaron ni tan siquiera a conocerle, puesto que ambos eran unos donnadies cuando supuestamente murió aquél (en 1860); la única forma de relacionarlos es a través del recurso utilizado en el último artículo enlazado: la ocultación del nacimiento de hijos que aparentemente no tienen relación con los illuminati pero que en realidad son hijos ilegítimos de la familia que nos interese implicar en la gran conspiración (de hecho, María Antonieta tuvo cuatro hijos, ninguno de ellos con ese nombre).
Las contradicciones temporales de la trama se acrecientan con la inclusión en la gran conspiración de los Windsor, ya que nunca pudieron poner al frente de la Compañía de Virginia (disuelta en 1624) al tal Daniel Payseur (nacido en 1785).
La posterior referencia a la muerte en el Titanic de tres supuestos detractores de la creación de la Reserva Federal obvia la muerte de otras personas muy cercanas a los incluidos como illuminati en otros párrafos, como pueda ser el caso del Mayor Archibald Willingham Butt, mano derecha de Theodore Roosevelt; más allá de la cancelación de su pasaje por parte de J.P. Morgan (que por otra parte ha dado lugar a las más variopintas teorías sobre las razones que le llevaron a no realizar la fatal travesía), el resto de datos son completamente falsos (ninguna expedición suiza ha encontrado agujeros hechos con láser en el Titanic).
El siguiente paso es restar legitimidad a la creación de la Reserva Federal, introduciendo para ello una completa falsedad, puesto que, lejos de haber sido aprobada bajo un aura de secretismo, su creación fue votada el 22 de Diciembre de 1913 por 434 de los 435 miembros del Congreso (con 298 votos a favor, 60 en contra y 76 abstenciones) y el 23 de Diciembre por 95 de los 98 miembros del Senado (con 43 votos a favor, 25 en contra y 27 abstenciones), que al parecer ni estaban aun en sus casas celebrando la Navidad ni fueron sorprendidos por una ley que llevaba meses debatiéndose en ambas cámaras.
Toda la gran conspiración que viene después no tendría sentido sin ese halo de falso secretismo que se ha ido introduciendo en los hechos más lejanos en el tiempo (y, por lo tanto, más difíciles de contrastar); así, la caída del patrón oro instaurado en Bretton Woods en 1944 tuvo varias causas, y no sólo la petición de Francia (Gran Bretaña también lo pidió el mismo año) de cambiar sus sobrantes de oro en dólares en 1971. La Guerra de Vietnam (varios años antes) supuso para Estados Unidos el envío de miles de millones de dólares para sufragar los costes de aquella guerra, lo que provocó que la balanza comercial de Estados Unidos fuese perdiendo su habitual superávit; aquel gasto bélico inmenso, que se inició en 1964, no pudo ser respaldado con oro, por lo que muchos países (plenamente conscientes de esta falta de respaldo) empezaron a cambiar los dólares sobrevalorados por otras monedas como el marco alemán o por oro. Dentro de este proceso de caída del dólar como moneda refugio y de los problemas en la balanza comercial de Estados Unidos se produce la petición de Francia y de Gran Bretaña de cambiar sus sobrantes de dólares por oro y la consiguiente caída en las reservas de este metal precioso en las instalaciones de la Reserva Federal en Fort Knox; el 15 de agosto de 1971, Nixon toma la decisión de suspender temporalmente la convertibilidad del dólar en oro, pero ya en anteriores ocasiones durante ese mismo año se intentaron, bajo la amenaza de una devaluación interna del dólar, otras medidas menos drásticas que no fructificaron (todas ellas destinadas a recuperar el superávit en la balanza comercial estadounidense).
Estados Unidos consiguió con aquella medida que fuesen los demás países los que tuviesen que realizar un ajuste al alza de sus monedas, evitando de esa forma una devaluación interna del dólar que Richard Nixon se negaba a llevar a cabo.
Por supuesto, la historia de las cámaras vacías de oro de Fort Knox son completamente falsas, puesto que aun se mantiene a día de hoy en esas instalaciones (según las cifras oficiales) oro por valor de más de 200.000 millones de dólares (muy por debajo, eso sí, del billón de dólares -a precios equivalentes hoy- que se llegaron a almacenar durante la II Guerra Mundial); la leyenda del robo de todo el oro de Fort Knox por parte de la familia Rockefeller (que se lo habría llevado a Gran Bretaña, según esa leyenda, a través de la vicepresidencia de Nelson Rockefeller durante el mandato de Gerald Ford) proviene de las trabas que se pusieron desde 1960 y las continuas negativas (por motivos de seguridad, como es habitual en ese país) para que una comisión de civiles realizase un inventario del oro existente en esas instalaciones. Aquella Comisión del Oro creada por Ronald Reagan en 1981 de la que se habla en esta teoría de la conspiración no tenía encomendado realizar ningún inventario; de hecho, su trabajo no consistía en comprobar la existencia de oro en Fort Knox, y ni tan siquiera tenía que visitar aquellas instalaciones: aquella comisión (creada en 1980 por Jimmy Carter, aunque constituida durante los primeros meses del mandato de Ronald Reagan) tenía encomendado un informe para decidir, por una parte, si debían revisarse las cuotas que Estados Unidos aportaba al FMI (creado en Bretton Woods junto a la convertibilidad del dólar en oro), y por otra parte si se retomaba el patrón oro abandonado en 1971 o si se abandonaba definitivamente aquel sistema iniciado en 1944. Un resumen de aquel informe (que se dio por finalizado el 31 de marzo de 1981), elaborado por una de las comisionadas (Anna Schwartz, fallecida recientemente), está disponible aquí; cabe destacar que entre la minoría de comisionados a favor de restablecer el patrón oro estaba un tal Ron Paul, uno de los creadores del Tea Party, por lo que siguen existiendo testigos vivos de aquella comisión que, supuestamente, vio vacías las cámaras de oro de la Reserva Federal.
Otra gran conspiración que aprovecha Internet para relanzarse; por suerte, también la información disponible en Internet puede matarla.
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