Hablo en concreto de Guy Sorman, filósofo y ensayista francés si atendemos a cómo firmó su artículo de ABC del 24/07/2013, además de economista, periodista o comentarista de radio y televisión, entre otras muchas cosas, si hemos de hacer caso a Wikipedia.
Que otras personas, ajenas a los círculos elitistas en los que se mueven los intelectuales conservadores, tengan una visión distinta -o incluso contradictoria- a la que suelen oír de sí mismos estos individuos suele desembocar en furia, desprecio y menosprecio de estas élites hacia quienes osan cuestionar su autocomplaciente autoridad. Guy Sorman, en el citado artículo, afirma convencido que Internet (y pone como ejemplo la Wikipedia) es un continente con vida propia, antidemocrático y controlado por minorías populistas de ultraizquierda («la Red es antidemocrática, populista, extremista y de izquierdas la mayoría de las veces»).
Según este pensador francés, «nos quedamos estupefactos ante lo repletas de errores que están [las biografías de Wikipedia], lo sesgadas que están por el odio y lo impregnadas que están por la ideología, generalmente de izquierdas y a veces racista». Y pone como ejemplo la suya propia (en su versión francesa): «en mi biografía aparece que mis padres eran judíos y apátridas -lo que es verdad-, pero en Francia no tiene una connotación neutra», afirmando a continuación que «he tratado varias veces de restablecer la realidad en mi propia reseña».
Hace un tiempo, otra persona conservadora (en este caso menos internacional y dedicada a la política: Javier Moliner Gargallo, entonces vicealcalde de la ciudad de Castellón y hoy presidente de la Diputación en sustitución del famoso Carlos Fabra) ya metió sus narices en Wikipedia y salió trasquilado (su biografía acabó siendo eliminada); si las atrevidas afirmaciones de Guy Sorman fuesen ciertas, tendríamos la confirmación con la eliminación de las biografías de políticos conservadores emergentes. Sin embargo, ni la biografía de Guy Sorman ni la de Javier Moliner son las únicas con cierta controversia; también se eliminan o se bloquean las ediciones de las biografías de los políticos de izquierdas (como la de Leyre Pajín hace unos años).
Aunque en casi todos los casos ocurre lo mismo (las biografías de personas vivas -de políticos, de músicos, de pensadores...- tienden a convertirse en páginas de autopromoción), las causas que originan las controversias suelen ser dispares. En los políticos, habituados como están a despreocuparse de las opiniones de terceros durante períodos de cuatro en cuatro años, suelen ser sus asesores de comunicación quienes se encargan de su presencia en los medios (incluida Internet) y quienes, a la postre, meten la pata; en los otros casos de personajes públicos, más atentos a lo que pueda decirse a diario sobre ellos, son los propios interesados los que suelen meter mano a sus propias biografías para eliminar aquellos pasajes que menos les benefician.
Sin embargo, el liberal Guy Sorman no parece que haya actuado por su propio pie (o por su propia mano) si atendemos a lo que dice en su párrafo final (siempre que él mismo sea consecuente con lo que dice, que no lo sé):
«Los liberales no tienen tiempo para hacerlo porque están inmersos en unas actividades productivas que les impiden pasar el día en internet. Por lo general, los de izquierdas y otros extremistas ejercen en la sociedad unas funciones que les permiten vivir en lo virtual, o no ejercen ninguna, y la asimetría ideológica en la Red es un reflejo de esta asimetría social. Por otra parte, los liberales tienden a ver en la Red un espacio puramente funcional. Pero la Red no es solo funcional porque determina las ideas recibidas, más decisivas que los hechos y las pruebas. La Red no es ni una fuente de verdad ni una democracia, y la Wikipedia es lo contrario de la Enciclopedia de la Ilustración».
¿Queda claro? Los liberales -de derechas, claro- trabajan, producen e ilustran y no pueden perder el tiempo (bueno, en Estados Unidos, según Guy Sorman, sí: la Wikipedia no muestra tanto sesgo ideológico) en mostrarnos su verdad. "Los de izquierdas y otros extremistas" ni trabajan, ni producen ni, por supuesto, pueden ilustrar, así que sí tienen tiempo de manipularnos y de ocultarnos la verdad.
La rabieta desatada en la última afirmación (no hagamos caso de la red ni de lo que esté escrito en la Wikipedia, porque todo es mentira) pone de manifiesto que, efectivamente, el poder -los liberales de derechas generalmente- tiene un serio problema con los procesos democráticos que no están bajo su estricto y exclusivo control: las normas de la Wikipedia se han votado desde su fundación y sólo se pueden modificar votándolas otra vez. No sirve el "interés general", el "es lo mejor para el pueblo", el "yo sé mucho más que tú porque mi apellido es tal" o cualquier otra excusa de carácter caudillista o dictatorial.
Y eso les revienta a esas élites entre las que tan bien se encuentra Guy Sorman y acaban por desorientarse tanto -un mundo tan diferente al que ellos se han creado a semejanza de una burbuja paradisíaca- que su única reacción es ponerse a mear fuera de tiesto.
¿Cuánto tardarán en asaltar la Wikipedia? Guy Sorman tiene ganas. Y sus camaradas también. Sólo es cuestión de tiempo.
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