Bajo el prisma del Partido Popular, Zapatero parece ser el político más poderoso del planeta.
Zapatero es el principal responsable del petardazo financiero que se inició en Estados Unidos en 2007 y que obligó a la intervención posterior de bancos, cajas y hasta de países enteros como Grecia, Irlanda o Portugal; tan poderoso es Zapatero que, incluso antes de llegar a Presidente de España (es decir, desde los bancos de la oposición), conspiró para desregular el mercado financiero estadounidense para que Clinton, Bush y Obama pudiesen mirar hacia otro lado y no tuviesen que preocuparse por las hipotecas basura y su posterior empaquetado financiero opaco que infectó al resto de países capitalistas del globo terráqueo.
No contentos con que los tentáculos de Zapatero llegaran a Estados Unidos, el Partido Popular le hace responsable también de la liberalización del suelo que aprobó el mismísimo José María Aznar Pérez (hipnotizado tal vez por las prominentes cejas de su sucesor), por lo que la burbuja inmobiliaria, los pelotazos urbanísticos y el ladrillazo en la cabeza de todos los españoles tras el reiteradamente advertido derrumbe del sector de la construcción son también palabra y obra de Zapatero.
Por supuesto, Ángela Merkel y una tal Cornelia Prüfer-Storcks son meras marionetas manejadas al antojo de Zapatero, principal responsable de la crisis de los pepinos y hasta de la existencia de la bacteria asesina E.coli; la denuncia a Zapatero por parte de la clausurada empresa alemana productora de brotes de soja y del restaurante de Lübek que los sirvió es solo cuestión de tiempo, puesto que el responsable está plenamente identificado. La Ministra de Agricultura, Rosa Aguilar, Leire Pajín y Bibiana Aído serán declaradas seguramente colaboradoras necesarias de tanto desaguisado, la primera por salir a defender a los pepinos (qué atrevimiento) y las otras dos porque sí.
No tardaremos mucho en saber quién ha estado detrás de las crisis matrimoniales de Álvarez Cascos o de la Infanta Elena, e incluso de la de Felipe González; sí, sí, han acertado: detrás de toda crisis está Zapatero (está incluso detrás de los indignados acampados en las ciudades españolas). Tan mala persona es que incluso Francisco Camps sabe ya que Correa y su “amiguito del alma” El Bigotes eran dos mercenarios enviados por Zapatero para crear una crisis en el Partido Popular de la Comunidad Valenciana.
Sin embargo, resulta curioso que el Partido Popular se haya olvidado ya de criticar, e incluso de mencionar, las medidas neoliberales aplicadas por Zapatero para salvar a este país de la quiebra a costa de enviar a la quiebra a miles de familias desahuciadas por los voraces mercados financieros, expulsadas del mercado laboral por multinacionales con cada vez más beneficios y menos trabajadores, y estupefactas (e indignadas) por ser ellas las que siempre pagan el pato de los desmanes inapelables de los avaros especuladores de turno.
Claro, que visto que quien ha de ser el sucesor de Zapatero en el cargo (Mariano Rajoy) aplaude con regocijo las medidas ultraliberales aplicadas en el Reino Unido por la nueva ortodoxia económica gobernante, lo normal es no criticar demasiado lo que va a acabar aplicando él mismo, aunque multiplicado por equis; eso sí, siempre le quedará culpar a Zapatero.
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