Hay algunos que deben pensar que el ciudadano de a pie es idiota perdido; no digo que alguno no lo sea, pero otros muchos, la mayor parte del tiempo, supongo que no deben serlo.
Alberto Fabra, Alcalde de Castellón, inauguró el pasado 9 de Abril tres nuevas guarderías municipales; aquella inauguración, con vídeo incluido, ha quedado recogida en la propia Web del Ayuntamiento de Castellón: «El Ayuntamiento de Castellón oferta 356 nuevas plazas para niños entre 0 y 3 años en las nuevas Escuelas Infantiles "Biberons", "Peücs", y "Chupetes"». Entre las declaraciones incluidas en esa noticia podemos encontrar las siguientes frases de Alberto Fabra:
“Nos comprometimos que dotaríamos a la ciudad con nuevas guarderías infantiles que permitieran a los padres y madres tener un recurso económico, de calidad y cercano para los niños y niñas de 0-3 años. Y lo hemos conseguido. Hemos creado 3 escuelas infantiles en los distritos sur, norte y oeste.”
“Vamos a permitir la escolarización de 356 niños y niñas de Castellón y, probablemente serán esas casi cuatrocientas familias las que se van a beneficiar el próximo curso de estos servicios.”
“Estamos dando servicio a las familias para conciliar la vida familiar y laboral.”
En el propio texto de la noticia, publicada por el propio Ayuntamiento en su Web municipal, encontramos también estas frases:
La gestión administrativa, técnica y pedagógica de la escuela, así como su organización, estará bajo la supervisión del Ayuntamiento de Castellón, y sujeta a lo regulado en la normativa vigente para la financiación y gestión de Escuelas de Primer Ciclo de Educación Infantil, y todas las normas establecidas en esta materia de ámbito estatal y autonómico.
Las Escuelas Infantiles de titularidad municipal están acreditadas por la Conselleria de Educación, entrando a formar parte de la red pública de Escuelas Infantiles como un servicio que parte de las necesidades sociales y educativas de atención infantil.
Cualquiera diría (ver los textos remarcados en negrita, extraídos de la noticia publicada por el propio Ayuntamiento) que se trata de tres nuevas guarderías públicas. Pues no.
No es el Ayuntamiento quien oferta 356 nuevas plazas de Educación Infantil, sino una empresa privada; una empresa privada (una Unión Temporal de Empresas integrada por Mediterránea Gestión Social y Cultural, S.R.L., Atreyu Blota Carto, S.L. y Mistral 2010, S.L.) que, por supuesto, se ha creado para generar beneficios a sus socios. Para no andarnos con rodeos, esa UTE (es decir, esas tres empresas privadas) va a ingresar cada curso entre 1.110.720 € y 1.815.600 € gracias a la conciliación de la vida familiar y laboral de las 356 familias que matriculen a sus hijos allí; en total (puesto que el contrato es para cuatro años, prorrogables hasta ocho), los padres van a ingresar a la UTE entre 4.442.880 € y 14.524.800 €. No está nada mal, ¿verdad?
¿Y qué percibe a cambio el Ayuntamiento? Pues nada. Absolutamente nada. Por no percibir, el Ayuntamiento no percibe ni alquiler. Claro, que al Ayuntamiento le salió barata la construcción de las tres guarderías: costaron en total 3 millones de euros, a cargo, cómo no, del Plan-E.
Es decir, que el Ayuntamiento de Castellón ha construido tres guarderías con dinero público ajeno y les ha regalado los tres locales a tres empresas privadas.
Mediterránea Gestión Social y Cultural (convertida en sociedad anónima esta misma semana) es una vieja conocida del Ayuntamiento de Castellón (aunque también de los de Almazora u Oropesa), puesto que ya se le han adjudicado otros servicios con anterioridad (desde una ludoteca hasta la elaboración y ejecución de ferias para la tercera edad, pasando por la elaboración de los stands de Castellón para ferias turísticas o el mantenimiento de las aulas municipales de informática); Mistral 2010, aunque se trate de una empresa de nueva creación (2009) y tenga su sede social en Madrid, tiene al mismo administrador que la anterior. Este administrador lo es también de otras empresas beneficiarias de diversas adjudicaciones por parte del Ayuntamiento de Castellón, como Intur Esport, S.L. (empresa concesionaria de diversos servicios de ayuda a domicilio, del servicio de dinamización de parques o del servicio de vigilancia y socorrismo de las playas de Castellón); además, en Intur Esport coinciden los mismos cargos sociales que ostentan la administración de Mediterránea Gestión Social y Cultural, entre ellos algún profesor de educación física de un Instituto de Educación Secundaria de Castellón cuya familia está muy ligada al deporte.
Atreyu Blota Carto, la tercera empresa concesionaria de las nuevas guarderías, no parece tener relación con las dos anteriores; no obstante, su sede social (Colmenar Viejo, en Madrid) coincide con la localidad en la que se firmó la última modificación mercantil de Mistral 2010, además de haber constituido al menos otra UTE junto a Mediterránea Gestión Social y Cultural (en San Sebastián de los Reyes, otro ayuntamiento con mayoría absoluta del PP).
Por supuesto, estos datos no tienen ningún otro significado que el mero hecho de que coincidan varias empresas y sus cargos en el espacio y en el tiempo en un sinnúmero de adjudicaciones de diversos ayuntamientos de un mismo color político.
Y volviendo al tema principal de esta entrada (el precio de las guarderías públicas de Castellón), aclaremos finalmente que los 425 € al mes podrían verse reducidos en un importe indeterminado gracias al bono infantil (habrá que dividir los 31 millones presupuestados para todo el curso entre todos alumnos de todas las guarderías de la Comunidad Valenciana que se acojan al mismo); claro, que como muchos sabrán (y quien no lo sepa, lo sabrá ahora), ese bono tampoco tiene nada que ver con el Ayuntamiento de Castellón, aunque éste cuente con él a la hora de calcular el precio final de la mensualidad.
En relación con este futurible, baste indicar que a fecha de hoy esas tres guarderías aun no constan entre las autorizadas por la Generalitat Valenciana; y las guarderías que no estén autorizadas no pueden solicitar ese bono. Y el plazo para solicitar los bonos finaliza el 30 de Abril, que es el viernes que viene.
El principal riesgo que corre el mentiroso es que la mentira le estalle en la cara; en el Ayuntamiento de Castellón tienen una semana para evitar que la mecha alcance la pólvora.
¿Lo conseguirán?