miércoles, 24 de marzo de 2010

Camps nos toma el pelo (I): Ayudas a la vivienda

Todos sabemos que las desgravaciones estatales por el alquiler de la vivienda habitual desaparecieron hace unos años; o que  las desgravaciones por la compra o rehabilitación de nuestra residencia desaparecerán para las adquisiciones que se produzcan a partir del próximo año. Canal 9 nos informa puntual e insistentemente de las impopulares medidas que toma el Gobierno central y que nos afectan, queramos o no queramos, a todos los valencianos.

Pero, ¿alguien sabe que el 42% de las familias valencianas con su vivienda alquilada perdieron el derecho a deducirse ese alquiler en la declaración de la renta realizada en nuestra Comunidad Autónoma en 2008?

Según la Encuesta de condiciones de vida de 2008, ese año vivían en alquiler 8.100 familias valencianas; ese era el número de familias que, teóricamente, podían deducirse el 10% (más de una mensualidad) del alquiler pagado en 2008 a través de su declaración de la renta de ese año.

Pero nuestro Molt Honorable President debió pensar que 8.100 familias eran muchas familias, así que introdujo un requisito adicional para poder desgravarse ese 10% del alquiler de todo el año 2008: que la fianza del alquiler se hubiese depositado en la Agencia Valenciana de Alquiler.

Si hemos de hacer caso a las noticias de autobombo de la propia Agencia Valenciana de Alquiler, en 2008 había, como máximo, 4.700 contratos de alquiler formalizados a través de esta Agencia; de un plumazo, al menos 3.400 familias valencianas (el 42% de las que vivían en alquiler) se quedaron sin esa desgravación.

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Por otra parte, reclamar la gestión de determinadas ayudas, como la Renta Básica de Emancipación (210 € mensuales a jóvenes entre 22 y 30 años), haciendo pasar todas las solicitudes por la Conselleria competente, sirve para apuntarse los tantos que otros marcan para, además, anunciarlo a bombo y platillo como una ayuda propia cuando en realidad de esos 210 € nuestro Molt Honorable President no pone ni un solo euro.

Pero de eso Canal 9, la televisión de todos los valencianos, no habla.

martes, 23 de marzo de 2010

La maquinaria de los bancos se pone en marcha, pero…

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Parece que el tan ansiado punto de inflexión de la crisis ha llegado por fin; claro, que el hecho de que ya hayamos pasado por el fondo de la crisis no significa que todos los problemas que ésta ha generado se vayan a solucionar hoy, ni mañana, ni pasado. Pero al menos, parece, el fondo se va a ir alejando poco a poco.

El mejor síntoma de ese punto de inflexión es que la maquinaria financiera de los bancos, y sobre todo de las cajas, se ha puesto de nuevo en marcha; la venta de viviendas está remontando gracias a que la antaño congelada concesión de préstamos para adquirirlas ha empezado a descongelarse. Pero que nadie espere encontrar en el sistema financiero la solución a la crisis.

El sistema financiero está gravemente tocado, y la opacidad con la que las entidades de ese sector suelen trabajar no ayuda lo más mínimo a conocer lo terminal de su enfermedad; la revivida concesión de préstamos para la adquisición de viviendas no significa, aunque muchos estén dispuestos a verlo así, que el sistema financiero ya se haya repuesto de la debacle que nos arrastró a todos.

Las entidades financieras se han puesto de nuevo en marcha porque han encontrado la forma de sanear sus maltrechas cuentas a costa de las aun más maltrechas cuentas del sector inmobiliario, y no porque hayan decidido resucitar su otrora gallina de los huevos de oro, sino porque no hacerlo podría arrastrarles a muchas de ellas a una inevitable quiebra en cadena.

Las compras que está financiando la banca en España no están, aunque pudiera parecerlo, dentro de las transacciones normales de mercado; lo que está financiando hoy la banca es la dispersión de su riesgo crediticio, alejándolo aceleradamente del sector inmobiliario para repartirlo entre particulares. Y es que raras son las operaciones de financiación de compra de viviendas que no sean un mero traspaso de la titularidad de la hipoteca entre dos clientes de una misma entidad financiera; en eso consisten, básicamente, las actuales ofertas para la compra de vivienda, como el “Compromiso Vivienda Bancaja 2010”, que se nutre de las promociones que ella mismo financió y que han estado estancadas durante tres largos años porque nadie quería financiar a los compradores.

Si el sector financiero hubiese continuado durante mucho tiempo con aquellos primeros chollos que publicitó la banca al completo (consistente en la venta de viviendas a precio de hipoteca) se hubiesen visto abocados al suicidio colectivo, puesto que les estaban aplicando una eutanasia encubierta a unas empresas inmobiliarias con unas viviendas hipotecadas a precios muy superiores a los que estaban ofertando bancos y cajas. Y la muerte forzada de esas empresas inmobiliarias les hubiese inundado de nuevas viviendas con un tipo de interés nulo (es decir, sin ingresos por intereses) y cuya amortización hubiese sido imposible sin incurrir en pérdidas (puesto que hubiesen tenido que rebajar la hipoteca concedida inicialmente para adaptarla a los precios que ellos mismos estaban imponiendo).

En definitiva, que aquel dicho de que la banca nunca pierde es tan real como esta crisis que nos ha tocado aguantar.

Nota adicional: El Banco de España ha obligado a las entidades financieras a provisionar (es decir, a considerar como pérdidas que pueden ser recuperables o no) tanto los numerosos inmuebles que han adquirido por ejecuciones de hipotecas (se considera como pérdida el 30% de su valor) como la totalidad de las refinanciaciones de deudas que, a 31 de Diciembre de 2009, mantenían algún tipo de impago. Muchas cajas de ahorro han sufrido pérdidas (la mitad, según el último informe de la CECA) por esta última medida en el último trimestre del año, mientras dos (Caja Castilla la Mancha y Cajasur) han cerrado 2009 con unos 500 millones de pérdidas cada una; estas pérdidas, directamente relacionadas con el sector inmobiliario, son las que quieren evitar a toda costa las entidades financieras.

martes, 2 de marzo de 2010

Propongo una indemnización por despido de 365 días por año trabajado

Y subir el Salario Mínimo Interprofesional a los 6.000 €, aunque esto se podría revisar.

Y subir las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social al 100%.

Y cláusulas obligatorias en los contratos según las cuales esté prohibido despedir a ningún trabajador mientras la empresa no entre en quiebra técnica.

Y la devolución a favor del Tesoro Público del 10% de los dividendos repartidos entre los accionistas por cada trabajador despedido por la empresa de la que tengan acciones.

Y…

¿Que se me ha ido la olla? Bueno, a éstos también, y están negociando con el Gobierno.