Dada la inmensa cantidad de imágenes que publican los medios de comunicación y que van rondando por las redes sociales, todas ellas mostradas casi en tiempo real, cada vez resulta más difícil interpretarlas; es el problema de la sobreinformación a la que estamos sometidos los ciudadanos, que por una parte nos permite conocer mucho mejor nuestro entorno, pero al mismo tiempo nos apabulla con las diferentes percepciones e interpretaciones que se le pueden dar a un mismo hecho.
Algunos recordarán esta imagen, correspondiente a las cargas policiales que se realizaron en la protesta estudiantil frente al Lluis Vives de Valencia el pasado 20 de febrero, y que fue rondando por las redes sociales Twitter y Facebook acompañada de comentarios que afirmaban que la policía cargó incluso contra ciegos ajenos a las protestas; muchos fuimos los que nos indignamos ante esa actuación de la policía y reproducimos la fotografía con el comentario incluido. Hasta que alguien nos avisó de que lo que llevaba el señor de la fotografía no era un bastón de ciego (la fotografía estaba recortada por ambos extremos y con la perspectiva parecía un bastón), sino una porra que le había robado previamente a uno de los policías para que no la utilizase contra los manifestantes.
Pero en algunos medios de comunicación llegaron a afirmar que el señor de la fotografía (que perdió las gafas de vista durante el forcejeo, por lo que tampoco era ciego) agredió al policía con la porra que le había quitado, lo cual tampoco era cierto (el señor le quitó la porra y el policía se abalanzó sobre él para recuperarla, sin que llegase a ocurrir nada más).
He aquí un ejemplo de cómo una misma imagen puede llegarnos con dos interpretaciones completamente opuestas, cambiando las figuras de agresor y agredido según cada versión.
La manifestación del 25-S, con las violentas cargas policiales en respuesta primero al intento de derribar las vallas que impedían el paso hacia el Congreso de los Diputados y después a la agresión de un grupo organizado de manifestantes que portaban banderas rojas y negras sin insignia alguna, no fue una excepción.
En la galería fotográfica de El País referente a esa cargas policiales, encontrábamos esta fotografía, cuyo pie rezaba “El dueño de un restaurante se enfrenta con quienes lanzan objetos a su establecimiento”:
Sin embargo, en las redes sociales existe otra fotografía del mismo señor en la que el comentario es bien distinto: “Dueño de bar protege a la gente que se refugia de las cargas e impide que la policía entre”:
Estamos de nuevo ante dos interpretaciones distintas sobre unos mismos hechos: o el dueño del bar protegía a los manifestantes o los manifestantes le lanzaban objetos a su bar. En este caso no son dos opciones totalmente contrapuestas, porque pudieron impactar en el bar algunas piedras lanzadas contra los policías que se acercaron para entrar en el local (ninguna de las fotografías originales mantiene los datos de la hora de captura, por lo que desconocemos la secuencia), pero es obvio que en ambos casos nos faltan los datos que, seguramente, nos aclararían qué es lo que ocurrió exactamente con este señor y con su bar.
Y si ya es difícil optar por una u otra interpretación cuando se trata de un protagonista fotografiado a cara descubierta, interpretar una fotografía cuyos actores van encapuchados se hace casi imposible.
Una multitud de páginas web y de mensajes en las redes sociales denuncian que quienes iniciaron las agresiones que provocaron la segunda carga policial de ayer fueron agentes infiltrados; la actuación de los agresores es sin duda bastante extraña, porque aparecieron de la nada con banderas rojas y negras sin ningún tipo de insignia o identificación y sólo recibieron golpes los que intentaron que la policía no se los llevara detenidos.
La fotografía anterior muestra el inicio de la carga tras la agresión del grupo organizado que portaba las banderas; la policía detiene a continuación a al menos dos de los portadores de esas banderas, limitándose a arrastrarlos hacia los furgones, sin levantarles en ningún momento la capucha y sin que la resistencia ofrecida por los detenidos fuese respondida con los ya típicos porrazos, que fueron a parar únicamente contra un señor que cogió del brazo a uno de los detenidos.
Poco después, aparecerían tres encapuchados deteniendo a otro manifestante; y ahí es donde aparecen las suspicacias. De hecho, existen coincidencias entre la vestimenta de los primeros detenidos (en concreto, los pantalones marrones que se pueden ver en la última fotografía) y los infiltrados que detienen al otro manifestante, igual que existen también algunas diferencias (el manifestante al que coge del brazo el señor que se llevó todos los porrazos tiene una inscripción en la espalda que no coincide con ninguno de los tres encapuchados que detienen con posterioridad a otro manifestante).
Es obvio que ninguna de las imágenes puede ser concluyente, puesto que a ninguno de los encapuchados se les puede identificar, pero sí existen dudas acerca de la extraña actuación del grupo organizado de las banderas rojas y negras y de la amable forma en la cual se les detiene.
Personalmente, prefiero pensar que quienes iniciaron las agresiones fueron ajenos a quienes trabajan para defender a los ciudadanos; de hecho, es lo más posible. Pero la otra opción también es posible. Sólo que mucho más terrorífica, aunque casi imposible de probar. La polémica está servida.
Nota: Sobre las 12:00, El País ha sustituido la fotografía del dueño del bar y el pie de foto (“El dueño de un restaurante intenta proteger a los manifestantes que se encuentran dentro de su establecimiento”):
La interpretación inicial de El País también es, al parecer, la que se mantiene en RTVE:
Pues parece que el asunto del camarero se ha decantado definitivamente hacia lo que iba rondando por las redes sociales, dejando en entredicho a algunos medios de comunicación; en concreto, RTVE, que también ha modificado su pie de foto, apunta hacia EFE como fuente del error: «El camarero de un bar intenta suplica a los agentes antidisturbios de la Policía Nacional que no entren a su negocio, repleto de manifestantes y clientes. FE DE ERRATAS: En un primer momento, el pie de foto era incorrecto al afirmar ’Agentes antidisturbios protegen un establecimiento, mientras su dueño pide que no lancen objetos’. Este era el pie enviado por la agencia EFE y fue el utilizado para informar la fotografía».
ResponderEliminarRespecto al asunto de los infiltrados, se ha hecho público un nuevo vídeo en el cual se ve con más detalle la detención que realizan los encapuchados.
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