Aunque ha sido recientemente cuando El País y otros periódicos generalistas (con la previa trifulca del PP en el Congreso de los Diputados) se han hecho eco del SITEL (Sistema Integral de Interceptación de las Telecomunicaciones), el experto en crear absurdas conspiraciones Luis del Pino ya se hizo eco de este nuevo sistema hace unas semanas en Libertad Digital y en su programa de esRadio; con la ya más que sospechosa habitualidad con la que este individuo defiende los argumentos de las grandes organizaciones criminales (tanto terroristas como, ahora también, narcotraficantes), resulta asombroso que algún partido político sea capaz de llevar sus extravagantes paranoias hasta los órganos de máxima representación democrática de los españoles.
Recordemos que se llama “Echelon” a un sistema (o supuesto sistema) que los servicios secretos estadounidenses utilizan (o supuestamente utilizan) para interceptar las comunicaciones de todos los ciudadanos estadounidenses (o de todo el mundo, según algunas versiones); el sistema, según las leyendas urbanas más extendidas, detecta determinadas combinaciones de palabras, de forma que quien las pronuncie en una conversación o quien las escriba en un mensaje pasa a ser considerado automáticamente sospechoso de cometer o de intentar cometer algún tipo de delito, siendo desde ese momento intervenidas todas sus comunicaciones. Dando por buena esta forma de operar de este sistema, no cabe duda que nos encontramos ante ese temido, omnipresente e incontrolado “Gran Hermano” que permanentemente nos tiene vigilados a la humanidad entera.
No voy a entrar en la veracidad o no de esas leyendas urbanas, puesto que el sistema existe en realidad (aunque su funcionamiento pueda diferir en parte o por completo de la rumorología, que es la única fuente en la que se sustenta la forma de operar descrita en el párrafo anterior); sólo voy a entrar, respecto a este sistema estadounidense, en los pasmosos comentarios que se hicieron sobre él en el programa de Luis del Pino en esRadio a cuenta del SITEL. Uno de los comentaristas que acompañaban a Luis del Pino aquel sábado por la mañana se dispuso a enumerar las bondades de aquel “Echelon” estadounidense, una maquinaria completamente automatizada que sólo se activa cuando se pronuncian o se escriben las palabras mágicas (nada hay que temer mientras no se diga algo inconveniente), en contraposición al peligroso SITEL activado por malvados policías corruptos bajo las órdenes del tenebroso Ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba (aunque la activación sólo pueda producirse tras la pertinente orden judicial); baste tener presente esta argumentación, a la que nada opuso Luis del Pino, para comprobar lo fútil que puede llegar a ser el razonamiento de algunos y, en consecuencia, la endeblez argumental y racional de determinados planteamientos.
«SITEL proporciona una enorme capacidad de control sobre los ciudadanos. Y, desgraciadamente, en nuestro país, el control judicial brilla por su ausencia. Y todos somos conscientes del inmenso poder que eso otorgaría a un gobierno sin escrúpulos». Luis del Pino en Libertad Digital.
«El sistema SITEL, ese sistema con el que el Gobierno y sus fuerzas policiales espían a todos los españoles prácticamente a voluntad y sin control judicial alguno». Luis del Pino en esRadio (minuto 50:00).
«El sistema que ellos utilizan [Estados Unidos] es que el ordenador lo escucha todo, pero es el propio ordenador el que tiene una alarma cuando se juntan determinadas frases o determinadas palabras que utilizan una serie de combinaciones (no sé cómo se hará informáticamente eso), pero es el propio ordenador el que… Entonces, es el juez el que contempla el por qué el ordenador ha dado esa alarma y entonces da la autorización, y entonces es cuando interviene la policía con el respaldo de la autorización judicial». Jesús Riosalido en esRadio (minuto 58:39).
Tras observar la literalidad del argumentario utilizado, ya podemos entrar en materia.
Libertad Digital se hizo eco de SITEL tras la publicación de un artículo del abogado Guillermo Díaz Bermejo en Noticias Jurídicas titulado «SITEL. La gran oreja del Gobierno no tiene suficientes garantías jurídicas», en el cual se recogía la opinión del único voto particular de la primera Sentencia del Tribunal Supremo (del 5 de Febrero de 2008) que avalaba la plena legalidad del sistema; sin embargo, fue La Gaceta de los Negocios (del Grupo Intereconomía) el primer medio en publicarlo el pasado 9 de Septiembre («El Gobierno utiliza un ‘software espía’»), relacionándolo directamente con las escuchas a dirigentes del PP investigados por varios delitos.
De los 22 informes jurídicos que, según Esteban González Pons, manejó el PP (mientras se gastaban la friolera de 1,8 millones de euros en implantar el sistema en el año 2002) y que advertían de los posibles problemas legales, tan solo han visto la luz dos de ellos: uno del Ministerio de Justicia y Defensa y otro del Consejo General del Poder Judicial (de 2001 y de 2002, respectivamente). Sin embargo, el PP realizó pruebas con un sistema posiblemente ilegal ni más ni menos que en el mayor caso de terrorismo de nuestra historia: el 11-M (ya en 2004, tras conocer esos supuestos 22 informes jurídicos); querían probar (es una suposición) qué sensación se tiene realizando escuchas ilegales.
Siete años después de aquellos informes, y con tres Sentencias del Tribunal Supremo avalando el sistema (la última de ellas conocida ayer mismo), hay quien pretende cambiar todo el procedimiento judicial desde la Constitución porque el nuevo sistema ha resultado ser demasiado efectivo en la persecución de las bandas organizadas de terroristas, de narcotraficantes y, lo que parece que más ha dolido, de empresarios y políticos corruptos.
La cuestión es que un sistema (llámese SITEL o llámese pinchazo) no puede ser ilegal por la tecnología utilizada cuando esa tecnología no es ilegal (y la grabación de conversaciones no lo es, ni con CD ni con cintas de cassette), sino por la forma en la cual se conculque algún derecho fundamental al utilizarla; y la cuestión es que el nuevo sistema requiere de los mismos pasos previos que el viejo pinchazo telefónico: si no hay autorización judicial mediante, se vulnera el derecho de las comunicaciones y lo que se pruebe con esas grabaciones ha de ser considerado nulo. Exactamente lo mismo que ocurría cuando un pinchazo telefónico se realizaba sin autorización judicial.
Del razonamiento jurídico inicial publicado en Noticias Jurídicas (y en la propia bitácora del abogado que redactó el artículo) a los actuales argumentos en contra de SITEL hay un salto de difícil explicación: mientras el origen de las críticas jurídicas estaba en una posible vulneración en materia de datos de carácter personal o en el procedimiento de traslado de las grabaciones realizadas, la actual discusión mediática ha devenido en una supuesta vulneración del secreto de las comunicaciones, habiéndose creado un artifical paralelismo entre “Echelon” (un sistema de escuchas permanentes) y SITEL (un sistema de escuchas tras una autorización judicial).
Yo sólo encuentro una explicación al camino seguido por este asunto: cuando el PP se ve desbordado por sus casos de corrupción (o por la cruda realidad), sólo puede echar mano de extravagantes teorías conspirativas. Y dar a entender que Gürtel es una consecuencia de SITEL es mucha conspiración.
Es cierto que el PP compró Sytel, pero no llegó a ponerlo en marcha y por favor dime que grabaciones referentes al 11-M obtuvo el anterior gobierno que estoy deseando escucharlas al igual que el resto de los españoles.
ResponderEliminarPor lo demas , vaya argumentos que das ... :
"La cuestión es que un sistema (llámese SITEL o llámese pinchazo) no puede ser ilegal por la tecnología utilizada cuando esa tecnología no es ilegal"
...sin comentarios.
Lo del 11-M lo dijeron ellos mismos cuando se publicó que el sistema lo compró Mariano Rajoy; ¿que es mentira? Pues bueno, quienes mintieron fueron ellos, que lo dijeron, no yo. No haberlo dicho como excusa; o haberlo desmentido si no era cierto.
ResponderEliminarYo sí te comento mis argumentos. O no me he expresado bien o no me has entendido tú. La tecnología que se utilice para realizar las escuchas no es la que hace legal o ilegal las escuchas; que esté más o menos automatizado el proceso no lo hace ni más ni menos ilegal. Las críticas al SITEL incluyen explícitamente la crítica a la tecnología utilizada, demasiado "automatizada" para el gusto de algunos; lo que no es argumento es eso: criticar al SITEL por ser demasiado "automático".
El SITEL será ilegal si se vulnera un derecho de otra persona, no porque sea un sistema más o menos automatizado. ¿Lo pillas?