lunes, 8 de julio de 2013

De noticias indignantes

Cada día que pasa me cuesta más trabajo escribir algo sensato; la insensatez de las noticias de la vida cotidiana parece que se me está pegando. Empiezo una entrada y, mientras busco información con la que respaldar mis argumentos, me encuentro con un continuo goteo de noticias que me llevan primero a más indignación y, tras una avalancha de más y más noticias en el mismo sentido (recortes económicos, recortes de derechos, corrupción y más corrupción...), me acaban abocando al cabreo. Escribir bajo los efectos de la indignación suele dar como resultado razonamientos de más o menos sentido común; pero escribir cabreado no es una buena idea: la visceralidad no es una buena consejera.

Nuestros amigos los banqueros

Mientras por las calles de nuestras ciudades se ve a la gente, de todas las edades, caminando cabizbajos, a veces incluso aparentemente sin rumbo, las declaraciones que nos llegan de los grandes capitostes del sistema financiero (una de las últimas que he oído, la del presidente de Kutxa Bank, Mario Fernández Pelaz) nos muestran a un sector altivo, cínico, prepotente como nunca. Según Mario Fernández Pelaz, Kutxa Bank ha colaborado en la salvación de los españoles (rescató a una caja -Caja Sur- en quiebra; habrá que darles las gracias por el pastón que pagaron -2.000 millones de euros- para duplicar sus activos -48.800 millones de euros tras la adquisición- y recibir casi 400 millones de euros de ayudas de nuestros impuestos); pero no contento con predicar a los cuatro vientos las bondades de su entidad, se ha atrevido incluso a decir que la sentencia del Tribunal Supremo que considera nulas las cláusulas suelo (las de los demás: las suyas no las van a anular porque no se consideran obligados a anularlas) es «absolutamente desafortunada» y, jurídicamente, es un auténtico dislate. Por suerte, Mario Fernández Pelaz no es juez (porque es parte).

Pero si todo lo anterior debería servir para inhabilitarlo como gestor por estar viviendo al margen de la realidad de sus propios clientes, el ejemplo que ha dado sobre las cláusulas suelo no es que me haya parecido «absolutamente desafortunado», sino que me ha parecido un intento patético -y tal vez efectivo: si algo hemos demostrado los españoles es que nos dejamos engañar mansamente con cualquier argumento superficial si lo pronuncian desde algún altar- de demostrar por la vía de las mentiras su crítica a la sentencia del Tribunal Supremo. Según Mario Fernández Pelaz, resulta que a un español -ya saben todos que el español de a pie es idiota- es más fácil explicarle que va a pagar entre un 2,5% -cláusula suelo- y un 5% -cláusula techo- de interés por su hipoteca que intentar explicarle qué es el EURIBOR o dónde puede encontrar la página 45 de Bloomberg; el ejemplo podría pasar por válido si esas fuesen las condiciones -entre un 2,5% y un 5% de interés- de las hipotecas de los idiotas españoles que adquirieron una vivienda por encima de sus posibilidades. Sólo hay un pero: el tipo de interés máximo que aplicaban nuestros amigos los banqueros -referenciados, por cierto, al EURIBOR publicado en la página 45 de Bloomberg- no era del 5%, sino del 15%; y eso es, entre otras cosas, lo que los hacía susceptibles de ser abusivos.



Aunque tampoco es de extrañar esa altanería y ese cinismo entre nuestros amigos los banqueros si nos atenemos a lo ocurrido con Miguel Blesa, banquero amiguísimo del PP, a quien el Estado, a través de la fiscalía, no dudó en ayudarle a salir de la cárcel para evitarle un mal trago.

La coyuntura educativa está jodida

Pero dejemos comiendo aparte a nuestros amigos los banqueros (a quienes la Fiscalía General del Estado quiere salvar a toda costa) y vayamos a otras cuestiones más cercanas. Las reuniones de final de curso nos devuelven a la realidad de los recortes en la educación de nuestros hijos. Hace dos años había establecido un ratio de 25 niños por aula; el año pasado se colaron hasta 28 niños por aula (las autoridades educativas arguyeron medidas coyunturales -hermanos sin plaza en otros colegios, traslados forzosos por cuestiones laborales de los padres una vez iniciado el curso...-: jamás reconocieron que era una cuestión proveniente de la nueva política de masificación de aulas para reducir profesores); para el año que viene ya nos han anunciado que serán 31 niños por aula (eso a principios de curso: si todo va como este año, una vez iniciado serán 33 ó 34 por nuevas coyunturas desfavorables). Las autoridades educativas siguen arguyendo que se trata de algo coyuntural (otra vez las mismas excusas: hermanos sin plaza, gemelos inseparables...); son 6 niños (ampliables a 8) más por aula en apenas dos años -y estoy hablando de cursos ya iniciados, no de las aulas de los niños que entran por primera vez al colegio-. Como quien no quiere la cosa, llegaremos a los 40 niños por aula el año que viene por cuestiones meramente coyunturales. Las mentiras les salen gratis a nuestros políticos; como a nuestros amigos los banqueros.

En las reuniones de final de curso, padres y profesores compartimos nuestra preocupación por cómo están afectando los recortes educativos en la enseñanza de nuestros hijos y sus alumnos. La última huelga educativa fue la primera que llevé a mis hijos al colegio en día de huelga. Ningún profesor hacía huelga. Ningún padre más quería hacer huelga. Ese día mis hijos recuperaron todo lo que perderán durante los próximos años por las nuevas políticas educativas de masificación y recortes. Estamos preocupados por la educación de nuestros hijos, qué duda cabe; al menos por la educación que pierden en un día de huelga. Lo que puedan dejar de aprender durante sus próximos diez años con recortes... son problemas coyunturales.



Por curiosidad, intenté comparar la inversión por alumno en distintos países europeos. En 2007, Finlandia invertía 7.100 € por alumno de ESO; España 6.010 €. Intento corroborar los datos en el Ministerio de Educación (informe de 2011, datos de 2007): en España, 7.258 € por alumno de secundaria; en Finlandia 6.509 €. No entiendo nada. Lo intento corroborar en el Banco Mundial, según los datos de la UNESCO: Finlandia invirtió un 30,7% de su PIB per cápita (más alto que en España) en 2007 en educación secundaria; España, un 24,1%. Lo intento trasladar a euros según los datos de renta per cápita de ese año (34.000 € para Finlandia, 23.500 € para España): me salen 10.438 € para Finlandia y 5.663,50 € para España. Sigo sin entender nada. Será un problema coyuntural con los datos. Lo dejo estar para no cabrearme más con el único organismo que afirma que en España invertimos en educación más que Finlandia; lo dice nuestro Ministro estrella con apellido alemán, Wert, que está empeñado en españolizar a los catalanes y en mantener en la inopia a todos los españoles. Amén pues.

Alcaldes metidos en "fregaos"

No es noticia en este país de corruptos que a un alcalde le requiera un juez para que se explique por alguna actuación con clara apariencia de delito; en Castellón, como en el resto de esta comunidad autónoma -con una multitud de políticos imputados en varias causas por haber repartido el dinero público entre sus amigos, familiares y compadres- repleta de caciques políticos que han campado a sus anchas sin que el sistema democrático al que decían servir pudiese (o quisiese) pararles los pies antes de vaciar los bolsillos de sus apesebrados y complacientes administrados, no podíamos ser menos. Y ahí tenemos -como en Alicante y como, seguramente en pocos días, en Valencia- a nuestro alcalde imputado en un caso de corrupción .



Sin embargo, la novedad es que nuestro alcalde ha renunciado (aunque sea temporalmente) a uno de sus cargos políticos; eso sí: ha renunciado al cargo (presidente del Partido Popular en Castellón) del que (salvo que medie algún sobre) no cobra de nuestros impuestos, manteniéndose (como imputado) al frente de la alcaldía (de donde cobra más de 80.000 € al año de nuestro dinero). Y he aquí el futuro de nuestros políticos imputados (de los que se preocupan por lo que podamos decir sus administrados: los hay que lo que digan los demás les trae al pairo): anunciar la renuncia de un cargo menor y seguir llevándose el dinero de todos a su casa.

Así que vayan olvidándose ustedes de una regeneración de la política de nuestro país, porque los políticos ya han encontrado la forma de purgar sus delitos ante sus administrados sin que ello suponga renunciar a vivir de ellos: seguirán llevándose nuestro dinero a sus casas (el que les corresponde y el que no), pero tendrán un cargo al que renunciar. Y saldrá en prensa su renuncia, y los administrados aplaudirán... y el político seguirá metiendo las manos en nuestra caja como si nada hubiese pasado.

¿Y saben lo peor de todo? Que en este país, los políticos creen que sus administrados son idiotas, y la realidad es que es así: los que no son idiotas se lo hacen; y el resto son antisistemas, terroristas y nazis.

El gran problema de nuestra política no son, en definitiva, los políticos, sino los políticos que se creen imprescindibles y los administrados que les hacen creer imprescindibles. ¿O creen que un Castellón sin Alfonso Bataller, una Comunidad Valenciana sin Alberto Fabra o una España sin Mariano Rajoy dejarían de funcionar? Ningún político es imprescindible; deberían recordarlo en voz alta al tomar su cargo y jurar sobre la Constitución. Y deberían recordárselo en cada reunión sus propios compañeros de partido en el momento en que un juez le imputara un delito de corrupción. Este es el primer paso, imprescindible, para acabar con la extendida corrupción política que está afectando a este país.

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