Hay veces que las justificaciones que se dan a actuaciones de difícil justificación sobrepasan con creces el ridículo más absoluto y chocan frontalmente con la racionalidad que, aunque sea en su expresión mínima, se nos presupone a los seres humanos.
Son sin duda los políticos los que con más asiduidad nos ofrecen esas estrambóticas justificaciones que, si no fuese porque normalmente se trata de asuntos conflictivos y poco dados a los chistes fáciles, podrían formar parte de algún que otro vídeo chistoso en el que se recopilasen las mejores chorradas del año.
Ayer fue el Director General de Transportes de la Generalitat Valenciana, Vicente Dómine, quien habló al tendido como si se tratase de un humorista cualquiera en el Club de la Comedia; al tratar de justificar sus oídos sordos a las críticas de muchos vecinos de Castellón por hacer pasar un tren (o un autobús, porque nadie sabe exactamente qué es eso del TRAM) por dentro del Parque Ribalta (el pulmón verde de la ciudad), la respuesta fue que les hacía ilusión que los usuarios de ese TRAM (a quienes, según él, hay que mimar tanto como se mima a cualquier usuario de otros medios de transporte) pudiesen disfrutar del maravilloso entorno del Parque Ribalta.
Así, puestos a mimar a los usuarios del transporte público, ya me veo el nuevo trazado de la N-340 pasando por el mismo centro del Desierto de las Palmas, para que los usuarios (muchos de ellos turistas, que verían de primera mano y sin bajarse del coche lo que se van a perder si no cogen la primera salida) disfrutasen de ese maravilloso entorno protegido.
Puestos a mimar a los usuarios del transporte público, ya me veo modificando los trazados de despegue y aterrizaje del nuevo y flamante aeropuerto de Castellón para que esos pasajeros que han pasado o van a pasar largas horas por el aire puedan ver de cerca, en vuelo rasante, el maravilloso entorno de las Islas Columbretes.
Y puestos a mimar a los usuarios del transporte público y matar dos pájaros de un tiro (y nunca mejor dicho), nuestro estimado Director General de Transportes, Vicente Dómine, acaba de aportar una justificación a un teórico (y ficticio, por el momento) trazado del AVE (el tren) por la ZEPA y el Parque Natural del Peñagolosa, porque bien se merecen los usuarios del AVE disfrutar de ese maravilloso entorno protegido… y además, de paso, se invierte en infraestructuras en los pueblos del interior, que digo yo que, de vez en cuando, también estaría bien que nos mimaran. ¿No, señor Dómine?
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