El Tribunal Suprem s'ha posat les piles per a recolzar als pobles en risc de despoblament; en una sentència del mes de gener ha donat via lliure per a construir als pobles menuts sense llicència.
Com vos podeu imaginar, la intenció del Tribunal Suprem no era exactament eixa, però el seu raonament jurídic és molt clar:
«Es por ello por lo que el Ministerio Fiscal ha venido manteniendo a lo largo del procedimiento que los informes técnicos en los expedientes de concesión de licencias, en cuando que implica trascendencia en la situación jurídica de los ciudadanos, afectando a sus derechos y obligaciones, así como las funciones de inspección y disciplina urbanística, deben ser realizadas por personal funcionario.
[...]
Conforme a los preceptos relacionados, el arquitecto contratado mediante la LCSP no puede efectuar ninguna función que comporte el ejercicio de autoridad administrativa. [...] Aun cuando los distintos expertos que han informado o testificado en la causa discrepan sobre la posibilidad de la celebración del contrato administrativo en atención a las funciones que entrañan el cometido de arquitecto o ingeniero municipal, todos ellos han coincidido en que determinadas funciones, como podría ser actuar de instructor de un expediente de disciplina urbanística, instructor de un expediente sancionador, instructor de un expediente disciplinario y otras similares, sí son objeto de reserva legal. De esta forma, D.ª Fermina declaró que la disciplina urbanística es claramente una potestad pública que debe ser ejercida por funcionario de carrera. D.ª Flor señaló que ciertas funciones, entre las que se encuentran las de inspección urbanística, no pueden desempeñarse por un contrato administrativo como indica el art. 301 TRLCSP. Sobre este mismo precepto, D. Cayetano indicó que en términos generales reconocía la existencia de un debate doctrinal y jurisprudencial acerca de las funciones que implican ejercicio de autoridad, ratificando su informe de fecha 10 de julio de 2015 y refiriéndose principalmente a las funciones de disciplina urbanística como aquellas que eran objeto de reserva legal. Igualmente, en su informe de fecha 22 de junio de 2015 consideraba la dificultad que planteaba determinar cuales son los ámbitos de actuación reservados a los poderes públicos, puesto que no existe una definición legal de los servicios que implican el ejercicio de la autoridad».
Concretem el raonament jurídic: totes les funcions de disciplina urbanística (concessió de llicències d'obra, expedients per vulneració de l'ordenament urbanístic, etc.) han de ser realitzades per un arquitecte o enginyer municipal que siga funcionari de carrera.
No es podran atorgar llicències d'obres a aquells pobles menuts que no tinguen en la seua plantilla de funcionaris a un arquitecte o a un enginyer municipal; però si algú inicia una obra sense llicència, tampoc haurà ningú que puga instruir un expedient per vulneració de la disciplina urbanísitca.
La via lliure per a les obres particulars pareix molt clara: avant sense llicència mentres el poble no tingue finalitzada una oposició per a contractar a un arquitecte municipal.
La principal pega d'esta sentència és, evidentment, que l'obra pública s'ha acabat als pobles menuts, perquè els arquitectes contractats externament per a actuacions puntuals (que és el mètode habitual de treball als pobles que no poden pagar a un arquitecte en plantilla) ni poden emetre llicències ni tenen potestat per a decidir si una obra pública s'adequa a la legislació urbanística del poble en qüestió.
Visca el Tribunal Suprem!
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